SANTIAGO. – Ante el anuncio del Ayuntamiento local de construir un conjunto de nichos para sepultar posibles víctimas del COVID-19, el Colegio Médico Dominicano (CMD) y el geólogo Osiris de León consideran que no es prudente hacer esa obra.
Tanto el gremio médico como el especialista entienden que de no hacer un trabajo adecuado los cadáveres pueden contaminar las aguas subterráneas, que terminan en los ríos.
“Hay que tener la debida prudencia de no colocar cuerpos que estén contaminados debido a que, si eventualmente mañana la ciencia médica o los estudios hidrológicos e hidroquímicos demuestran que un cuerpo que ha fallecido por los efectos del COVID-19 puede distribuir el virus a través de las aguas subterráneas, entonces podríamos estar exponiendo a la población a una catástrofe”, advirtió el geólogo.
Además, el presidente local del Colegio Médico Dominicano (CMD), José Cruz, sugirió que en Santiago sea instalado un centro de cremación.
“Al poner cadáveres de la forma en que plantea la alcaldía se puede producir una contaminación de las aguas subterráneas”, indicó José Cruz.
Este jueves, obreros al servicio de la Alcaldía local iniciaron los trabajos de excavación para la construcción de una fosa común, que sería utilizada para sepultar las posibles víctimas de la pandemia del COVID-19.
La tumba común, ubicada en el cementerio Cristo Vivo, de la comunidad El Ingenio, se proyecta que esté lista en una semana.
Según lo explicado por las autoridades municipales, la construcción se hará en una primera etapa con capacidad para 300 cadáveres, que estará comprendida en una de las dos hileras que forman parte del plano, cuya capacidad general será para 600 cadáveres.
El área establecida tendrá una extensión de 24 metros x 7.5 metros, con dos hileras de 10 unidades cada una, con dimensión en cada fosa de 1.20 metros de ancho por 2 metros de largo, con profundidad de 5 metros a 3 metros con una capacidad de 20 a 30 cadáveres.
Cada hilera tendrá capacidad para 200 o 300 cadáveres, dependiendo de la cantidad de fallecidos que sean llevados al camposanto. Se calcula que por cada grupo se debe disponer de tres pies de tierra entre un cadáver y otro, de acuerdo a lo proyectado por los ingenieros.
El alcalde Abel Martínez declaró que tomó la iniciativa de manera preventiva en caso de que mueran de manera masiva las personas afectadas de coronavirus.
“Con profundo pesar, hacemos de conocimiento público que la Alcaldía de Santiago, ha iniciado la construcción de una fosa común, para estar preparados ante la amenaza del coronavirus COVID 19, pero albergamos la esperanza y la fe en Dios, de que no haya necesidad de usarla”, expresó Martínez.