El dolor es una sensación que tiene mucho de subjetiva y, por tanto, resulta difícil medir con exactitud. Sobre todo cuando se superan ciertos umbrales. Pese a todo, se pueden manejar algunos parámetros, lo que ha permitido realizar varios estudios con el fin de determinar cuáles pueden ser algunas de las sensaciones más dolorosas que existen. Y uno de esos estudios, publicado en el British Medical Journal en 2008, asegura que el peor dolor del mundo es el que provoca la llamada neuralgia del trigémino.
Aunque, antes de explicar en que consiste tan aterradora neuralgia, hemos de especificar que este estudio valoró las sensaciones doloras teniendo en cuenta solamente su intensidad, no la duración. Por eso, dolores como el que causa el parto, quedaron excluídos de los primeros puestos.
Volviendo al trigémino de marras, es necesario señalar que esta dolencia se conoce también con el nombre de «enfermedad del suicida», lo que ya da una idea aproximada de lo insoportable que llega a ser. El trigémino es el nervio más largo de la cabeza. Su nombre deriva de su forma, ya que tiene tres ramificaciones que envuelven la mandíbula la zona de la nariz, los ojos y la frente, y se encarga de transportar las sensaciones dolorosas al cerebro.
Y la afección que provoca se plasma en una especie de «tic doloroso» extremadamente intenso en el pómulo o en la mandíbula. Quienes lo han sufrido lo describen como una descarga eléctrica «inimaginablemente» dolorosa. En principio suele durar unos segundos o, como mucho, unos minutos que pueden hacerse interminables para quien lo padece. Solo en casos muy excepcionales, se prolonga durante más tiempo, aunque su brevedad no impida que sea recurrente.
Pero lo peor es que resulta tan doloroso, que se calcula que cerca de un 30% de quien lo sufre acaba perdiendo el conocimiento durante estos ataques. Eso sí, lo de que provoca suicidios si que parece ser una leyenda. Ha habido casos de gente que ha muerto por esta neuralgia pero, ha sido debido a que los ataques les sorprendieron cuando realizaban actividades delicadas como conducir, manejar maquinaria…
¿Y qué es lo que provoca esta tremenda dolencia? Pues no está del todo claro. Según los expertos, el 90% de los casos se deben a causas llamadas idiopáticas (es decir, que en teoría no tienen un origen conocido). Aunque el 10% restante es causado por tumores, infartos cerebrales o enfermedades como la esclerosis múltiple.