SANTIAGO.-La Iglesia Católica de Santiago, advirtió ayer que «la crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana», como-adujo- expresa el Papa.
También Camino en su nota editorial de esa semana pone en alerta a la población frente a las agresiones que se cometen contra la ecología.
Y se pregunta, que ¿cuántas veces los intereses económicos, particulares y grupales destruyen en días, semanas y meses, árboles, bosques, montañas; lo que ha costado a la naturaleza, largos años para hacerlos realidad.
Camino agrega dijo que por defender esta causa son muchos los que han pagado con sus vidas el compromiso de defender un medioambiente sano.
Sostuvo que al conmemorar el Día Mundial de la Tierra, el pasado 22 de abril “saludamos a todas las instituciones que en el país van trabajando sin descanso contra la contaminación y la destrucción de nuestros recursos naturales”.
“Animamos y estimulamos la multiplicación de experiencias tan hermosas, como la realizada por la Sociedad Ecológica de Fantino, que aprovechó tan importante día para organizar jornadas educativas con jóvenes de ese municipio, motivándolos a conocer las reservas naturales que todavía quedan al lado del Río Cuaya, en donde habitan aves en peligro de extinción como el carrao, la cotorra, el rey Congo, la lechuza enana y la gallareta”, sostuvo.
Agregó que en Camino “deseamos, y esperamos, que en nuestro país, ningún interés mercurial o político esté por encima del cuidado de la Madre Tierra”.
Sostuvo que todo daño al ambiente es un daño a la humanidad, donde dijo que la afirmación del papa Francisco, nos lleva a ver la importancia que tiene la conmemoración del Día Mundial de la Tierra, celebrado el pasado 22 de abril.
Y señala que al mirar esta fecha nos llena de esperanza ver cómo va creciendo la conciencia en muchos países, sobre la imperiosa necesidad de cuidar el medioambiente a la vez que vamos aprendiendo a convivir con la naturaleza, amándola, cuidándola y respetándola porque es nuestra casa común.