Santiago.- Julio César Valentín sostiene que “los movimientos sociales suponen campañas duraderas de demandas, de representaciones, de acciones colectivas que procuran hacer visibles del más amplio público algunas reivindicaciones”, y que para ello se sustentan y se apoyan en organizaciones, redes, tradiciones y solidaridades.
Distingue un movimiento social de la protesta popular, partiendo de que el primero puede tener una sucesión o una cadena de acciones colectivas (Incluyendo protestas) o formas de visibilizar sus demandas. Mientras que, las protestas pueden ser momentáneas y no una campaña duradera. Las protestas populares son acciones colectivas, pero no necesariamente concluyen en movimientos sociales.
El senador peledeista por la provincia de Santiago, señala que estas movilizaciones son importantes porque se convierten en actores políticos relevantes, “son políticos en cuanto que, las demandas por lo regular persiguen que el Estado adopte alguna decisión, que actúe como objeto de la demanda o como aliado”, dijo.
“Los movimientos sociales pueden tener una seria influencia en las políticas públicas y en las tomas de decisiones públicas, porque estos se expresan cuando encuentran una coyuntura de oportunidades políticas”, manifestó el legislador en el marco de la conferencia “Movimientos Sociales y Políticas Públicas”, que dictara en Cursa-UASD invitado por la Vanguardia Estudiantil Dominicana.
Valentín manifestó, que los movimientos sociales más recientes en el país y América presentan patrones movilizatorios muy novedosos, que emplean repertorios de acciones colectivas de visualización de sus demandas, dejando atrás las protestas populares de los años 70 y 80, los que recurrían a los grafitis, quema de neumáticos, enfrentamientos con las autoridades, mientras que, hoy se implican nuevos actores como la clase media, estudiantes de colegios privados, profesores, figuras relevantes de los medios de comunicación, artistas, etc., que operan como aliados influyentes.
“La jornada del 4% para la educación, ha sido la más simbólica, que recurrió a los mayores niveles de dramaturgia, que hizo más visible, al punto que obligó a los candidatos presidenciales en el 2012 a suscribir un pacto por una educación digna, asignando un 4% del PIB para la educación’’, dijo.
No obstante, afirma que no todos los movimientos sociales terminan logrando totalmente sus objetivos, pero que van dejando unas secuelas, redes y experiencias movilizadoras que sirven para futuros movimientos. “En esos movimientos se entrenan activistas de futuras acciones sociales importantes”, enfatizó Valentín.
Destacó el legislador que los movimientos sociales y otros actores, como los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil cada vez más, retan a la política democrática y a los representantes, por lo que estos deben adecuarse a las singularidades de estas organizaciones, ya que los políticos formales no están solos, sino que hay otros actores que median entre la ciudadanía y el Estado.
“El gran desafío que tienen los partidos políticos, que tienen los gobiernos, funcionarios, que tienen los representantes hoy, es tener la capacidad de entender que no estamos solos, que hay otros actores políticos, que la democracia implica otros actores en la mediación entre las demandas ciudadanas y las tomas de decisiones del Estado”, finalizó.