SANTIAGO. Iluminar 150 mil hogares de familias de escasos recursos a través de materiales reciclables es el objetivo de la fundación Litro de Luz República Dominicana, ONG que lleva cinco años trabajando en diferentes lugares del país.
El proyecto consiste en la construcción de lámparas solares, que funcionan con un panel, bombillos tipo LED y una botella plástica.
Las bombillas son colocadas en lugares donde los moradores no tienen redes eléctricas, siendo los pueblos enclavados en la Región Sur del país donde más presencia tiene la Fundación Litro de Luz, debido a los altos niveles de pobreza que existen allí.
Ryan Bowen, director del programa, explicó que con la iniciativa además de ayudar a personas desamparadas buscan despertar la conciencia de la ciudadanía ensenándoles que existen alternativas de iluminación natural, ecológica y sostenible.
Bowen resaltó que más del 90 por ciento de las lámparas son instaladas de manera gratuita gracias a la ayuda que reciben de personas físicas y de empresas. También las comercializan a precios asequibles y les acomodan los pagos en pequeñas cuotas.
El programa además genera fuentes de empleos, ya que la fundación se encarga de formar técnicos en los lugares donde son instaladas las lámparas, para que ellos mismos sean los encargados de repararlas cuando se agote su tiempo de vida útil, que es de tres a cinco años.
“Les enseñamos a que aprendan un oficio y puedan ayudar a las personas beneficiadas, que en su mayoría son de avanzada edad y no pueden subirse a un techo a reparar los bombillos”, expresó Bowen.
Patricia Luna, de 17 años, una de las adolescentes formadas en la elaboración de las lámparas recargables en el distrito municipal El Limón, de Villa González, expresó su satisfacción por poder aportar con obras sociales en su comunidad.
«Para mí es gratificante poder ayudar a mis vecinos, muchos de los cuales no cuentan con recursos ni siquiera para poder comer», expresó Luna.
Mientras que Bryan Hilario, otro técnico, sueña con poder salir del país para estudiar bioenergía y poder seguir contribuyendo al desarrollo de energía renovable en el país.
«Mi sueño es aprender cómo hacer combustibles con cacao y maíz, pero lamentablemente en ninguna Universidad de aquí ofrecen esa carrera. Para estudiarla tendría que irme a otra nación y no cuento con recursos para cubrir esos estudios», señaló Hilario.
Beneficiados
Las personas beneficiadas expresaron su agradecimiento por el aporte de la Fundación Litro de Luz República Dominicana.
«No tengo palabras para expresarle mi agradecimiento a esos jóvenes que me pusieron la luz solar», dijo Ana Méndez Sandoval, de 69 años de edad, quien reside en un humilde hogar construido en madera y zinc en el distrito municipal El Limón, de Villa González.
Dijo esperar que las autoridades ayuden a jóvenes para que éstos a su vez continúen aportando a la sociedad y a otras personas de escasos recursos como ellos.
Inversión e instalación
Para su elaboración se requiere de una inversión de mil 200 pesos en la compra del panel y otros materiales que son utilizados en la instalación del sistema.
Las lámparas usualmente son instaladas en el techo de una casa en apenas media hora, haciendo un pequeño agujero, tapando las botellas y luego sellándolo.
Aparte de la labor social, los creadores del novedoso sistema buscan comercializar lámparas recargables dirigidas a la clase media.
La misma se puede utilizar también como cargador de teléfonos celulares.
Fuente: Edward Fernández/Diario Libre