MADRID (AP) — Hace menos de una década, Primoz Roglic volaba por los aires gélidos, con un par de esquíes y sin pensar que algún día los cambiaría por la bicicleta.
El domingo, el esloveno se apoderó de uno de los cetros más prestigiosos en el ciclismo de ruta, al imponerse en la Vuelta a España con una cómoda ventaja.
Roglic abrazó el ciclismo apenas en 2012, cuando renunció al salto en esquíes, tras un escalofriante accidente. Perdió el control en el despegue, se estrelló en la rampa y se fue rodando aparatosamente cuesta abajo.
Encontró entonces que la bicicleta era una buena opción para un deportista delgado pero con gran condición. Se convirtió en un astro en ascenso, con buen desempeño en la contrarreloj y capacidad para pelear en la montaña.
Ahora, ha obtenido su primer título del Grand Tour al terminar con más de dos minutos de ventaja sobre el campeón mundial Alejandro Valverde en la 21ra etapa.
“Gracias a todos los que se han involucrado al final para este gran resultado”, dijo Roglic desde el podio al público que lo vitoreaba, incluidos algunos seguidores que agitaban banderas de Eslovenia.
Como marca la tradición, los competidores respetaron la ventaja del líder en el último día de carrera, que tuvo su cierre habitual en Madrid.
Roglic, en su maillot rojo de líder, estuvo escoltado por sus compañeros del Jumbo-Visma en la llegada a la capital española.
Fabio Jakobsen del Quick Step ganó en un embalaje la etapa plana de 106 kilómetros (65 millas) que inició en Fuenlabrada.
Roglic demostró su carácter al no doblegarse durante los múltiples ascensos de la Vuelta. Ahí, el equipo Movistar de Valverde y una sólida agrupación del Astaná comandada por Migue Ángel López lo pusieron a prueba una y otra vez.
Pero el balcánico siempre estuvo respaldado por la profundidad del Jumbo-Visma que incluyó a Steven Kruijswijk, Robert Gesink y Sepp Kuss. Tuvo que demostrar que podía hacerlo por su cuenta cuando sus compañeros fueron doblegados por los ataques de Movistar y Astaná en las montañas.
Roglic estaba considerado entre los favoritos antes de iniciar la competencia, a raíz de que algunos de los grandes nombres, como el colombiano Egan Bernal _campeón del Tour de Francia_, Geraint Thomas, así como el campeón defensor Simon Yates optaron por no competir en España.
El esloveno manejó la presión y tomó el control de la competencia en la 10ma etapa, con un dominio de la contrarreloj individual, para desplazar por tres minutos al líder, el colombiano Nairo Quintana. Estableció una brecha de casi dos minutos sobre Valverde, que protegió como aplomo el resto del trayecto.
Inquebrantable y con una expresión impenetrable, Roglic nunca permitió que los ataques de Valverde o López fructificaran, manteniéndose a rueda. Mostró calma y les dio alcance ante cualquier titubeo.
Finalmente, pudo relajarse el domingo en la lenta marcha hacia Madrid, conversando sonriente con otros ciclistas.
Valverde, de 39 años, ganador de la Vuelta hace una década, finalizó en la segunda posición.
Otro esloveno, Tadej Pogacar, completó el podio después de una destacada actuación para el competidor de 20 años, quien ganó tres etapas.