La muerte de José Manuel Márquez, ex directivo de PDVSA que fue encontrado ahorcado en julio, fue determinada como un suicidio, según fuentes encargadas de la investigación y la autopsia.
El ex funcionario, que trabajó en la petrolera venezolana durante el gobierno de Hugo Chávez, había manifestado su intención de aportar su testimonio en causas judiciales de corrupción, por lo que la noticia de su muerte estuvo llena de especulaciones y sospechas.
Sin embargo, según informó el periódico español El País, en base a fuentes policiales con acceso a la pesquisa, el hecho fue «voluntario» y se debió a la «presión emocional» en la que estaba envuelto.
El ex secretario general de Entes Corporativos de PDVSA, de 48 años, había firmado y aprobado transacciones por decenas de millones de dólares. Entre ellos, están los cerca de USD 5 millones girados a Alejo Morodo, hijo del ex embajador español en Caracas Raúl Morodo, a cambio de asesorías que nunca se realizaron.
Los investigadores descartaron la teoría del asesinato también por otras circunstancias de la escena, como los fármacos hallados y una carta que Márquez habría escrito antes de morir. De esta forma, las fuentes descartaron «rotundamente» a El País que haya terceros implicados en el hecho.
La Justicia española había pedido a la policía investigar las circunstancias de la muerte.