Santiago.-La Iglesia Católica de Santiago consideró ayer preocupante la alta tasa de desempleo en la República Dominicana que afecta a la juventud que aspira a ingresar en el mercado laboral, y lamenta que tantos jóvenes a diario toquen puertas que evidentemente no se les abren.
Camino, en su nota editorial de esta semana, retomó el tema de la Carta Pastoral de los Obispos del pasado 21de enero, donde dice que “escuchar y acompañar a los jóvenes en un proceso de discernimiento ha sido el tema tratado por nuestros Obispos “
Dijo que son cientos de miles los jóvenes que aspiran a ingresar en el mercado de trabajo y a través de la obtención de un empleo, iniciar su proceso de integra¬ción en el mundo laboral; sin embargo, la tasa de desempleo se mantiene.
“A diario vemos a jóvenes que van tocando puertas, con su di¬ploma en las manos para llevar a la práctica los conocimientos adquiridos en las universidades y tienen que seguir deambulando buscando nuevas oportunidades, porque éstas nunca se abren”, agregó.
Y agregó que muchos se cansan y vencidos por el desconsuelo emigran a otras tierras, tratando de encontrar otros horizontes, perdiendo el país a estos ¬talentos.
Declaró Camino que la descripción de la realidad que viven nuestros jóvenes está expuesta por nuestros pastores, con claridad meridiana, invitándonos a la reflexión profunda para buscar solución a estos problemas.
Al citar textualmente a los Obispos, añade “es muy alarmante que en los últimos años haya crecido el número de suicidios, especialmente de adolescentes y jóvenes, por lo que debemos prestar más atención a estos hechos”, tras señalar que a esto se añade la creciente desigualdad y exclusión, la corrupción, el tráfico de drogas, la sexualidad desordenada que lleva a un grave deterioro moral y la ausencia de adhesión a valores huma¬nos y cristianos, como facto¬res de¬terminantes que merecen una especial atención.
“Mirando este panorama, hacemos un llamado a todos los sectores que tienen influencia en la vida nacional, comenzando con las autoridades, a buscar soluciones urgentes a los graves problemas por los que atraviesa la juventud dominicana”, sostuvo.
Indicó que hay que arrancar de raíz las causas que generan tanta destrucción en nuestros jóvenes y es lamentable observar a muchos que ven el tiempo pasar entre la
confusión y la planificación de acciones criminales.
Sin embargo, dijo que “todavía estamos a tiempo de recuperarlos y sacarlos de ese ambiente de podredumbre y muerte”. Y sostuvo que los campos y barrios “no pueden continuar siendo terreno fértil en donde germine el odio, el resentimiento social, y la vida sin ideales por la que atraviesan tantos jóvenes dominicanos”.
Dijo que es hora de apoyar sus iniciativas de crecimiento integral y llamó a la sociedad a ser manantial de oportunidades para los jóvenes para que sus días transcurran entre el estudio, la diversión sana, los deportes y la participación activa en grupos comunitarios.
Plantea la necesidad de que los jóvenes junto a su familia le impregnen de valores, sobre todo inculcados con el testimonio de vida y que la inconducta de los mayores, sobre todo de aquellos que tienen responsabilidades públicas, no los siga empujando hacia el abismo.