Los habitantes de Florida se abrían paso por calles inundadas, recogían escombros y evaluaban los daños a sus viviendas el viernes luego de que el huracán Milton arrasó con comunidades costeras y provocó un aluvión de tornados letales.
Por lo menos 10 personas murieron, y los rescatistas seguían salvando a gente de las crecidas de los ríos, pero muchos expresaron estar aliviados de que Milton no fuera peor. El huracán no golpeó directamente la poblada región de Tampa, y la letal marejada ciclónica que los científicos temían no llegó a materializarse.
Sin embargo, el gobernador Ron DeSantis advirtió a la gente que no bajara la guardia y señaló que aún hay amenazas a la seguridad, como el tendido eléctrico caído y agua estancada que podría ocultar objetos peligrosos.
“Nos encontramos en el periodo donde tienes muertes que son evitables”, dijo DeSantis el viernes. “Tienes que tomar decisiones adecuadas y saber que hay peligros allá afuera”.
Para el viernes por la noche, el número de clientes en Florida que seguían sin suministro eléctrico había disminuido a 1,9 millones, según poweroutage.us. A los 260.000 habitantes de St. Petersburg se les pidió que hirvieran el agua antes de beber, cocinar o cepillarse los dientes, al menos hasta el lunes.
Por otro lado, el propietario de una mina de fosfatos reveló el viernes que sustancias contaminantes se derramaron a la bahía de Tampa durante el paso del huracán.
La compañía Mosaic informó en un comunicado que las intensas lluvias de la tormenta sobrecargaron un sistema de recolección en sus instalaciones en la localidad de Riverview, lo que provocó que el agua excedente saliera por una alcantarilla y se dirigiera a canales de vertido que van a dar a la bahía. La empresa indicó que la filtración fue corregida el jueves.
Mosaic señaló que el vertido probablemente fue mayor a 66.244 litros (17.500 galones) —el estándar mínimo para emitir un reporte—, aunque no proporcionó una cifra de cuál podría haber sido el volumen total.
Mosaic no respondió a llamadas hechas ni a correos electrónicos enviados para solicitarle información adicional sobre sus instalaciones en Riverview y las otras minas de la compañía en Florida. Tampoco se recibió respuesta a un correo de voz que se le dejó al Departamento de Protección Ambiental de Florida.
El estado cuenta con 25 de esas pilas que contienen más de 1.000 millones de toneladas de yeso fosforado —un desperdicio sólido derivado de la industria minera productora de fertilizantes a base de fosfatos—, el cual contiene radio, que se descompone para formar gas radón. El radio y el radón son radiactivos y pueden causar cáncer. El yeso fosforado también podría contener metales pesados tóxicos y otros carcinógenos, tales como arsénico, cadmio, cromo, plomo, mercurio y níquel.
Mientras tanto, la vital industria turística del estado empezó a volver a la normalidad, y Walt Disney World y otros parques de diversiones reabrieron. El aeropuerto con mayor tráfico en el estado, en Orlando, reanudó completamente sus operaciones el viernes.
Milton, que azotó Florida dos semanas después del paso del huracán Helene, inundó las islas barrera, arrancó el techo del estadio de béisbol de los Rays de Tampa Bay y derribó una grúa de construcción.
Equipos del Departamento de Policía del condado de Hillsborough ayudaron el viernes a rescatar a varias personas que habían quedado atrapadas por la crecida del río Alafia, entre ellas una mujer de 92 años. El río tiene 40 kilómetros (25 millas) de largo y se extiende desde el este del condado de Hillsborough hasta la bahía de Tampa.
En el condado de Pinellas, policías utilizaron vehículos especializados para inundaciones con el fin de trasladar a personas hacia sus casas y fuera de ellas, en un vecindario inundado de la localidad de Palm Harbor donde el agua seguía subiendo.
Ashley Cabrera se fue junto con sus hijos de 18 y 11 años y sus tres perros. Fue la primera vez desde la llegada de Milton que habían podido salir del vecindario, y ahora se dirigían a un hotel en Orlando.
“Estoy extremadamente agradecida de que pudimos salir ahora e irnos a pasar el fin de semana a algún lugar donde podamos conseguir comida caliente y algo de gasolina”, señaló Cabrera. “Pensé que íbamos a poder salir en cuanto concluyera la tormenta. Estos caminos nunca se han inundado así en todos los años que he vivido aquí”.
Los animales también estaban siendo rescatados. Cindy Evers ayudó a rescatar a un cerdo de gran tamaño atrapado en las aguas de un centro comercial de Lithia, al este de Tampa. Ya había rescatado a un burro y varias cabras después de la tormenta.
“Estoy en una zona alta y seca donde tengo un establo y 9 acres” (3,6 hectáreas), dijo Evers, y añadió que pronto empezará a buscar a los propietarios de los animales.
Fuente: AP