Las calles

  • Twitter
  • Facebook
  • Google+
  • Linkedin
  • Tumblr

Un peligro permanente


Transitar por las diferentes vías de nuestro país se ha convertido en un encuentro prematuro con la muerte. Las calles, autopistas y carreteras que utilizamos para trasladarnos a distintos puntos de la geografía nacional, cada día están más peligrosas.

No sólo por la cantidad de accidentes que ocurren en ellas, sino porque muchos chóferes y conductores andan revestidos con el traje de guerra, y ante cualquier choque o roce con otro vehículo, la escena termina como si fuera un campo de batalla.

La sensatez y la prudencia están ausentes en la conducta de estas personas. Indigna ver que haya seres humanos para quienes su vehículo, está por encima de todo, y si es de lujo, peor.

Lo ocurrido esta semana en Santiago, en donde un conductor le dispara a un señor que lleva a sus dos hijos al Colegio Padre Fortín, nos muestra el grado de intolerancia y violencia que se vive en el país. Ya el proverbio que reza de que hablando la gente se entiende se ha sustituido por la prepotencia, acompañada con un arma de fuego.

Lo más lamentable de estos hechos es que vayamos cayendo en la trampa de volvernos insensibles ante esta dolorosa realidad, y que la indiferencia se haga cotidiana. Nos preocupa que sigamos pasivos ante tantas tragedias, porque el acontecimiento de hoy se olvida al día siguiente, frente a otro hecho cometido con más odio y saña.

Todavía estamos a tiempo de ponerle freno a esta descomposición social que crece cada día. Tiene que haber consecuencias para los que hacen de la vida del pueblo un tormento. Los violentos no pueden continuar cometiendo atrocidades sin que paguen ante la ley el daño que están haciendo.

Nunca nos cansaremos de promover una cultura de paz, que debe comenzar en el hogar y extenderse a los medios de comunicación, grupos comunitarios, y la sociedad en sentido general. No perdamos más tiempo.