El Gobierno está consciente de los efectos que tendría en las exportaciones comerciales hacia Haití si tendría que proceder con un cierre indefinido de la frontero, como forma de presionar para que se detenga una canal en el río Masacre.
El presidente Luis Abinader ha dado un ultimátum hasta el jueves para ver si con el cierre con el paso en Dajabón, la obra levantada por un grupo empresarial de esa nación se detiene.
De lo contrario, se procederá con el cierre por todos los puntos de la línea divisora y la suspensión de visas. Esa medida implicaría que productores dominicanos que exportan hacia Haití, país que está dentro de los primeros socios comerciales de República Dominicana.
En ese sentido, el jefe de Estado expresó que el Gobierno instruyó a Joel Santos, ministro de la Presidencia, para que, a través de Inespre (Instituto de Estabilización de Precios) comprarle los productos perecederos a los comerciantes afectados.
Dichas mercancías serán incluidas a los planes sociales y otras entidades gubernamentales, expresó Abinader.
«Primero tenemos que pensar en el país y después en cualquier situación económica», expresó Abinader durante la tercera edición de La semanal con la Prensa, en la que se mencionaron las medidas que tomó el Consejo Nacional de Migración durante la asamblea de esta mañana.
El jefe de Estado expresó que el interés del Gobierno es presionar para que los haitianos afectados con el cierre intervengan y dejen sin efecto la construcción del canal.
Aclaró que el Gobierno local no tiene ninguna diferencia con el gobierno de Haití, sino que el impasse es con un grupo empresarial a cargo de la obra. «Ellos no tienen el poder de detenerlo».