Pocos artistas en todo el mundo han tenido la oportunidad de tener en sus manos violines Stradivarius, valorados en millones de dólares, pero una nuestra, Aisha Syed, lo ha hecho, y en varias ocasiones.
En esta oportunidad la artista tocará un instrumento valorado en 6 millones de dólares, y será la primera vez que los dominicanos podrán disfrutar de su sonido en suelo quisqueyano.
Y lo harán en el marco del tercer concierto de la Temporada Sinfónica 2021, organizado por el Ministerio de Cultura de la República Dominicana, que se llevará a cabo la noche de este 15 de septiembre en el Teatro Nacional Eduardo Brito.
De este acontecimiento, catalogado por los expertos como histórico, hablamos con Aisha, quien dio detalles de lo que el público amante de su música podrá disfrutar esta noche, en un recital que está “sold out”, algo que la tiene muy feliz y que demuestra que la música de calidad sigue tan latente como siempre a pesar de las tendencias.
—Un concierto “sold out” donde la gente disfrutará de un recital único, donde tocarás un violín de US$6MM, ¿cómo te sientes con este recital?
Para mí es un honor, estoy agradecida de nuestro señor Jesús por este “sold out” y poder interpretar este concierto en re mayor para violín y orquesta, de Johannes Brahms, con el director internacional invitado Jaime Morales, y obviamente con este instrumento que es invaluable, un Stradivarius que, si bien es cierto que llevo más de 10 años tocando estos instrumentos fuera del país, es la primera vez que tenemos este Stradivaruis acá y en manos dominicanas.
—¿Cómo se logró traer este instrumento a República Dominicana?
Contando con el apoyo de la casa de instrumentos Florian Leonhard, que tiene su base en Londres, Nueva York y San Francisco; desde que tengo 14 años conozco a su fundador, cuando estudiaba en Londres, y después de esto surgió un gran apoyo hacia mi persona. He podido tocar diversos Stradivarius en Europa y Estados Unidos, pero poder hacerlo en mi país me llena de mucha satisfacción.
—¿Suena distinto un violín de este valor?
Para mí sí, yo te puedo decir de una vez cuándo un músico está utilizando un violín de este tipo porque tiene cierto tipo de tono y de dulzura, pero el público en general dudo que lo note.
—Ser la figura central del tercer concierto de la Temporada Sinfónica 2021 es una oportunidad que no tienen todos los artistas, ¿cómo valoras esta distinción?
Realmente, mi otra temporada con la Orquesta Sinfónica Nacional per se fue a los 15 años, el último concierto dirigido por el maestro Carlos Piantini, después de ahí lo he vuelto a hacer pero en conciertos ya fuera de la temporada. Para mí es una gran alegría regresar y hacerlo con este concierto de Johannes Brahms, que es la parte que voy a estar interpretando y he tocado en numerosos países.
—¿Qué tan especial será para ti este concierto?
Muy especial, por varias razones; primero, cumplo años este 15 de septiembre, y segundo, que esté sold out (vendido completamente) lo hace aun más especial.
— Tuviste la dicha de ser la artista con la que se retomaron los conciertos en el Teatro Nacional, ¿cómo te sientes al respecto?
Me siento muy agradecida con la ministra Carmen Heredia, que ha elevado el arte clásico durante su gestión de una manera inigualable, de manera que poder ser como artista clásica la responsable de volver a abrir las puertas de nuestro Teatro Nacional después de la pandemia fue un grandísimo honor, y me sentí feliz de tener ese privilegio de realizar el primer concierto en octubre del año pasado.
— ¿Qué viene para ti a nivel internacional?
Vienen muchas cosas maravillosas, especialmente para el 2022. Debuto en distintos lugares, lanzo nuevo disco a finales del año que viene y estoy muy contenta de lo que pudimos realizar a pesar de la pandemia.
Continúo, además, llevando mi música a comunidades rurales con nuestra fundación, porque los artistas debemos aportar con nuestro arte y más en estos tiempos donde los valores están tan distorsionados.
La temporada sinfónica terminará el 10 de noviembre, que finaliza con la soprano dominicana Nathalie Peña-Comas.
Sobre el violín
La casa de instrumentos Florian Leonhard cedió el violín Stradivarius Helvética 1686 a la artista dominicana. En 2018 también le prestó el violín Stephens 1690 con el que debutó en el Carnegie Hall, en Nueva York.
Un violín Stradivarius es uno de los instrumentos de cuerda construido por los miembros de la familia italiana Stradivari, particularmente por Antonio Stradivari. Los instrumentos de Stradivarius son muy valorados por los intérpretes más importantes del mundo y por los coleccionistas de antigüedades.
Las características sonoras e individuales de estas obras de arte son consideradas únicas, y a menudo los instrumentos se identifican por el nombre de alguien, generalmente un músico famoso que fue su propietario o que simplemente lo utilizó en algún momento para sus interpretaciones. Estudios modernos serios avalan que son los mejores conocidos en toda la historia de los violines.
El violín forma parte de los mejores del mundo, con él la artista dominicana celebra los 80 años de la Orquesta Sinfónica Nacional, que dirige el maestro José Antonio Molina del Ministerio de Cultura.
Ha habido muchos intentos de imitar la calidad del sonido de estos instrumentos; existen muchas hipótesis acerca de cómo fueron construidos. Muchos creían que el barniz usado por Stradivari se hacía con una fórmula secreta que se perdió al morir su creador, pero exámenes de rayos X y análisis de espectro en la superficie de los violines revelaron que todos fueron sometidos a cambios en su estructura (especialmente el mango, el cordal y las cuerdas), y a menudo lo único que queda del trabajo original es el cuerpo mismo, que fue rebarnizado periódicamente.
Otra hipótesis dice que el punto clave fue el tiempo de secado de las maderas de arce y abeto con que están construidos; esto también fue desmentido estudiando la fibra de la madera. Las líneas fueron comparadas con modelos de árboles que vivieron en esa época y se pudo determinar el tiempo de secado simplemente tomando la diferencia entre la fecha de construcción (que era dejada por Stradivari en una etiqueta en el interior del instrumento) y el cálculo de cuándo había sido cortado el árbol. Esto reveló que la madera se había secado durante no más de 25 años, y no 60 o 70, como se creía.
Otra hipótesis señala que el período de frío extremo que sufrió Europa en los años en que Stradivari vivió, una pequeña edad de hielo, pudo ocasionar que los árboles que crecieron durante esa época desarrollaran una fibra más compacta y con una mejor calidad mecánica sonora. No obstante, existen instrumentos construidos en la misma época, con madera de los mismos árboles, que no lograron la magnificencia de un Stradivarius.