“Para mí eso es un gran orgullo y alegría, de poder hacer todo eso en poco tiempo”, dijo la atleta que apenas lleva cinco años en su deporte.
“Pero con fe y esperanza, son buenas cosas que ponen a la mujer en buen nivel y no solo yo, sino también, (la pesista de plata ganadora de bronce) Crismery (Santana) y mi compañera (del relevo mixto 4×400) Anabel (Medina), ellas también hicieron una gran historia y estoy alegre por ellas”.
Al ver ese resumen de todos sus logros, es para sentirse más que satisfecha. “Estoy orgullosa de mí misma y de la fuerza natural que Dios depositó en mí”, dijo.
Lo que predomina alrededor de esta joven es su fe en Dios. Al llegar a la meta, se quitó su zapatilla izquierda y mostró un texto escrito sobre ella, casi borroso, en el cual se lee “Dios es mi esperanza”.
Eso también tiene su historia. “Eso lo había escrito hace cuatro meses y la frase la digo desde que hice la marca olímpica”, señala la velocista que saltó a la fama al conquistar el oro de los 400 metros planos en los Juegos de Tokio 2020.
Después sacó la Biblia y esto también trajo su mensaje. “La mostré para que todo se den cuenta del poder sobrenatural que tiene nuestro Señor y que estamos con vida por él y que cuando pedimos conforme a su voluntad, todo sale como él quiere”, apunta la atleta desde Tokio para DL, quien dedica su medalla a su familia, su entrenador Yasén Pérez “y ese pueblo dominicano que se postró ante el Señor y pidió de corazón esa medalla”.
Más sobre ella
La velocista llega este martes a las 2:30 p.m. por el AILA. Es una buena hora para, después del trajinar hasta Don Gregorio, disfrutar de una comida de su preferencia.
Al ser costeña, la velocista se inclina por comida marina, pero no deja algo muy tradicional en el dominicano. Ella lo dice con sus palabras: “Me gusta mucho el pescado y camarones”, pero si su madre, Anatalia Paulino, desea complacer a su heroína “desearía que me guarde pescado”. Marileidy disfruta su comida marina “sin dejar mi arroz con huevo”.
Peloteros, ahora ella
La tierra de Don Gregorio es conocida por su cosecha inmortal de peloteros, con Vladimir Guerrero a la cabeza. La inmortalidad ya es un camino que le espera a ella.
Al ser la primera medallista de su zona, también mueve a orgullo. “Sí, soy de esa gran tierra, para mí es un honor representar mi pueblo y gracias le doy a ellos por ese gran apoyo y gesto de gratitud que hicieron hacia mí y mi familia”, señala.
E incluye en esa lista a Guerrero padre. “Gracias a Vladimir Guerrero por darle ese regalo a mi madre”, dijo al referirse al televisor de 65 pulgadas que regaló a Anatalia para que viera a su hija correr.