SANTO DOMINGO.- El Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) presentó los resultados del primer estudio sobre joyería artesanal dominicana, el cual resalta las oportunidades de empleo en el sector, principalmente para jóvenes de provincias que cuentan con recursos mineros.
Para el estudio “Caracterización de los Talleres de Joyería Artesanal en la República Dominicana” se entrevistaron a los artesanos con talleres de joyería, un total de 372, los cuales generan un total de 1,197 empleos directos.
Los talleres se distribuyen en ocho provincias: Santo Domingo, Barahona, Puerto Plata, La Romana, Hato Mayor, La Altagracia, Santiago y María Trinidad Sánchez, relató una nota de la Dirección de Comunicaciones del MICM.
Ignacio Méndez, viceministro de Fomento a las Mipymes, presentó el estudio este martes y explicó que el mismo ofrece la línea base sobre las necesidades del sector, por lo que lo considera un “documento clave” a la hora de planificar políticas y proyectos de desarrollo.
Destacó que la joyería artesanal de larimar y ámbar es un producto distintivo en el mercado turístico nacional, con ventas anuales que sobrepasan los US$370 millones, según cifras del Banco Central, y con un alto potencial de encadenamiento con sectores como el turismo y la moda.
Los resultados del estudio los presentó Luis Madera, director de Estudios Económicos del MICM, quien enfatizó que la joyería artesanal es una industria que presenta debilidades, pero que cuenta con logros palpables en empleo y en adición de valor a través de la transformación de materiales.
Detalló que en la investigación se evidenció la necesidad de capacitación, principalmente de jóvenes, para relanzar el mercado, generar empleos en este segmento de población y formar nuevas generaciones de relevo de la actividad artesanal, dado que 3 de cada 4 artesanos tienen más de 35 años.
También destacó que los materiales que más se utilizan son el larimar, la plata y el ámbar e hizo un llamado de atención sobre la baja asociatividad del sector: cerca de la mitad no pertenecen a ningún gremio y existen un total de 52 asociaciones para una población de 372 artesanos.
De su lado el ministro del Ministerio de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, enfatizó la necesidad de sacarle más valor al ámbar y al larimar “porque es un recurso finito”.
En el evento, realizado en la sede del Ministerio, también estuvieron presentes Pablo Tactuk, asesor estadístico del MICM; José de Ferrari, encargado de la División de Fomento a la Artesanía del MICM, César Ubiera, del Frente Barrial para el Desarrollo Comunitario y Artesanal (FREBADECO) y Norma Rivera de Vargas, de la Asociación de Joyería y Joyeros.
Se buscan nuevas generaciones de artesanos
Los datos de la investigación que realizó el Departamento de Estudios Económicos del MICM, en coordinación con la División de Fomento a la Artesanía, se levantaron durante el primer trimestre de 2018.
Los principales retos identificados por el estudio son: fortalecer la capacitación de jóvenes para lograr la competitividad y el relevo generacional; promover la integración y los encadenamientos productivos a las cadenas de valor de los sectores de moda y turismo y, por último, favorecer el acceso al crédito y a la formalización de esas empresas.
Entre los datos, arroja que el 74% de los 372 talleres de joyería artesanal dominicanos se agrupan en tres provincias: Distrito Nacional (27.4%), Barahona (26.6%), y Puerto Plata (19.4%); los materiales que más se utilizan son larimar (88.4%) y ámbar (42.7%), seguidos por el caracol del lambí, el coral y réplicas de moneda.
En promedio, cada taller contrata entre 2 y 3 empleados; el 69.4% tiene de 1 a 5 empleados, en el 18.5% de los casos el propietario trabaja solo y en el 12.1% tiene 6 o más empleados.
Es un mercado de ventas bajas; cerca del 26% de los talleres de joyería artesanal tuvo ventas de hasta RD$10,000 la semana anterior a la entrevista y el 15.3% vendió RD$40,001 o más.
Por otro lado, solo el 36.6% de los artesanos de joyería ha participado en ferias artesanales, eventos de exhibición de sus mercancías y contactos con clientes. Los que más han participado son los de Santiago, con un 56.3%; los de Hato Mayor declararon no haber participado en alguna feria.
La falta de formalización limita el acceso al crédito de la población artesana, a pesar de que tendrían a su favor que el 48.1% de los talleres se ubican en lugares propios, un factor que favorece la capacidad de adquirir financiamiento.
Un aspecto que llama la atención es que solo el 19.6% de los artesanos tienen el Registro Nacional de Contribuyentes (RNC) y el 65.2% afirmó que le interesa obtenerlo pero que aún no han hecho las gestiones para ello.
El estudio está disponible en formato descargable en la página web del Ministerio.