El alcalde, Kazumi Matsui, comenzó su discurso describiendo la infernal escena del ataque de esa mañana de hace 73 años y la agonía de las víctimas y pidió a los asistentes que escuchasen “como si ustedes y sus seres queridos estuvieran ahí”. El regidor mostró su preocupación por el aumento del egocentrismo y las tensiones a nivel global e instó a Japón a asumir más protagonismo en los esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares.
“Algunos países están proclamando abiertamente su nacionalismo egocéntrico y modernizando sus arsenales nucleares, reavivando las tensiones que se habían mitigado al término de la Guerra Fría”, indicó Matsui, sin mencionar a las naciones.
La disuasión nuclear y los paraguas nucleares son enfoques “inherentemente inestables y extremadamente peligrosos” que buscan mantener el orden internacional al generar temor en países rivales, dijo Matsui, quien exhortó a los líderes mundiales a negociar de buena fe para eliminar estos arsenales.
La bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima mató a 140.000 personas y la de Nagasaki, tres días después, a 70.000, lo que provocó la rendición de Japón y puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
En su discurso, Matsui apuntó que el gobierno nipón debería hacer más para lograr un mundo libre de armas nucleares colaborando con la entrada en vigor del Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares. Japón, que alberga tropas estadounidenses y está cubierto por el paraguas nuclear de Washington ante posibles ataques, no ha firmado el pacto.
Japón debería seguir el espíritu de su constitución pacifista y liderar a la comunidad internacional “hacia el diálogo y la cooperación para un mundo sin armas nucleares”, agregó el alcalde.
Unas 50.000 personas, incluyendo residentes en Hiroshima y representantes de 58 países, entre los que estaba el embajador de Estados Unidos, William Hagerty, asistieron al acto.
Sobrevivientes, familiares y otros participantes recordaron la explosión de las 08:15 de la mañana con un minuto de silencio.
El aniversario se produce en un momento de esperanza para la desnuclearización de Corea del Norte luego de que el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hicieron vagas declaraciones al respecto durante una cumbre en Singapur en junio. “Nosotros, la sociedad civil, esperamos fervientemente que la disminución de las tensiones en la Península de Corea vengan a través de un diálogo pacífico”, dijo el Matsui.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que también estuvo presente en la ceremonia, apuntó que las diferencias entre las naciones nucleares y las no nucleares son cada vez más amplias, pero se comprometió a hacer más para cerrar la brecha.
Para lograr la cooperación de ambas partes, es importante que todo el mundo entienda “la realidad de la tragedia de los ataques nucleares”, añadió Abe, reiterando el compromiso del país a mantener sus principios pacifistas y no nucleares.