SANTIAGO. El 30 de octubre del 2012 fue designada como gobernadora de la provincia de Santiago la ingeniera, Aura Toribio, quien venía del ámbito empresarial y soñaba con poner su talento al servicio del país para contribuir a la construcción de una mejor sociedad. Nadie imaginó que hoy sería una figura política de tal proyección a nivel nacional.
¿Cuál es el secreto de su éxito? ¿Es producto de la casualidad o hay algunas lecciones que de ella pudiésemos aprender?
Quienes le han tratado de cerca saben que es una mujer sumamente trabajadora, con un gran carácter, pero también con un gran corazón. Generalmente aquellos que la han visto de lejos sienten admiración por ella y quienes la conocen más a fondo la admiran aún más. Se puede decir que tiene un carisma natural, pero es más que eso.
Siendo una empresaria exitosa decidió entrar a la actividad política, lo cual para ella ha representado un sacrificio ya que no lo hizo enfocándose en buscar beneficios personales, sino buscando el bien colectivo. Eso puede evidenciarse en su entrega al servicio de los demás, que se manifiesta en todo tipo de acciones que ha impulsado y encabezado a favor de la ciudadanía.
Me atrevo a afirmar, sin lugar a dudas, que Aura Toribio, es por mucho la gobernadora que cuenta con el mayor aval de servicio en favor de su provincia, y es que no ha escatimado esfuerzo para canalizar respuestas a las inquietudes de todos los sectores que componen la sociedad de Santiago, dando siempre el frente a juntas de vecinos, asociaciones gremiales, empresariales, comunitarias, filantrópicas y con mucha frecuencia a personas individuales pertenecientes a sectores deprimidos de la población a quienes ha tratado con la mayor dignidad posible.
Visto todo lo anterior, no es extraño que esta mujer excepcional despierte la simpatía y respaldo de los más diversos sectores de la sociedad. Pero además, en un mundo con una crisis de principios y valores, encontrar una persona de la calidad humana de Aura Toribio es como encontrar un oasis en el desierto.